Control parasitológico sustentable

Medidas prácticas para demorar el desarrollo de resistencia a antiparasitarios:
– Disminución de la frecuencia de aplicaciones antihelmínticas.
– Rotación de grupos químicos
– Utilización, en la medida de lo posible, de antihelmínticos de espectro reducido.
– Ajuste correcto de las dosis, evitando subdosificaciones..
– Utilización de medidas complementarias de control que se sumen a la aplicación de antihelmínticos.
-Acciones complementarias de manejo que benefician y contribuyen a utilizar menor cantidad de antihelmínticos
+ Pasturas de alto riesgo: generalmente son pasturas viejas o pastizales naturales donde pastorearon categorías jóvenes (recría-invernada) con altas cargas de parásitos o con presentación de casos clínicos.
+ Pasturas de riesgo medio: son pasturas nuevas bien manejadas que presentan una infectividad relativamente baja, como las que se registran cuando han sido pastoreadas por animales adultos o animales jóvenes con buen plan de control parasitario.
+ Pasturas de bajo riesgo: casi no presentan larvas y son las que usualmente provienen de laboreos de la tierra como son los verdeos o rastrojos.
Se dispone de varias alternativas para lograr atenuar o bajar la carga parasitaria a niveles compatibles con la productividad del sistema, entre las que se encuentran:
+ Descanso de las pasturas: permite reducir significativamente la cantidad de larvas aunque esa reducción difícilmente llegue a cero; usualmente, es necesario un período de tiempo importante para que sea efectivo y el verano es la estación óptima para esta práctica.
+ Pastoreo alternado con distintas especies: esta basado en que la transmisión cruzada de los parásitos entre distintas especies es muy restringida lo que permite la eliminación paulatina de la mayoría de los géneros parasitarios específicos de cada una de ellas. Lo habitual es alternar bovinos con ovinos.
+ Pastoreo alternado con animales de la misma especie: Se utilizan los animales adultos para que, como producto de su inmunidad, disminuyan la contaminación e infectividad de las praderas. En los sistemas de producción mixtos agricolo-ganaderos con posibilidad de hacer recría/invernada sobre cadenas forrajeras mixtas, combinando verdeos de época (avena, sorgo, maíz, etc.) con pasturas viejas y nuevas, los riesgos de la enfermedad son menores, facilitando la implementación del programa de control de parásitos. Esto se debe a que el laboreo del suelo para cultivos o implantación de praderas reduce la infectividad del campo, aunque no la elimine completamente. El laboreo del suelo, rastrojos, heno y forraje cortado –y sazonado- para suministro a los animales disminuyen drásticamente los riesgos de infección parasitaria.